Sevilla, 29 noviembre de 2024.- El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM) quiere hacer pública su preocupación sobre conflicto de Muface. Advirtiendo de la repercusión de la crisis sanitaria que supondría la sorpresiva desaparición de este modelo, provocando un desbordamiento total del sistema sanitario público.
Por ello, quiere hacer un llamamiento a la responsabilidad del Gobierno de España, que debe anteponer el interés público de los ciudadanos, que es la salud, por encima de debates ideológicos. Y tener en cuenta que una decisión sobre esta materia tan sensible debe de ser planificada con muchos años de antelación y nunca de manera repentina.
En el mismo sentido, apela la responsabilidad de las entidades privadas, a pesar de que los informes económicos reflejan resultados globales positivos y que, según afirman, en la cuenta concreta de resultados del sistema Muface tienen pérdidas, deben actuar con responsabilidad y lealtad recíproca, también por el sector en el que se encuentran, puesto que no es un sector puramente empresarial, sino que conlleva un deber y una vocación con derechos fundamentales que no se pueden abandonar de manera imprevista, ya que el resultado global de sus operaciones, según sus informes económicos, refleja un balance de grandes beneficios.
En este sentido, los médicos vienen soportando la verdadera carga asistencial y nunca han abandonado a la sanidad, ni al paciente, siendo los más perjudicados en términos económicos, percibiendo cuantías irrisorias por el acto médico y, en ocasiones, teniendo que soportar, incluso no percibir retribuciones, por revisiones o práctica de pruebas y otros actos médicos, en su compromiso con la salud de los pacientes.
Por ello, hacemos un llamamiento a un entendimiento en la obligación de buena gestión del Gobierno y a las empresas privadas en su obligación y deber de lealtad con el sector salud, que les obliga, más allá de sus legítimos intereses, con la sociedad, debiendo de planificar y prever posibles cambios de modelo con la adecuada organización y planificación.
Asimismo, es de justicia que los médicos que son la base del sistema, junto al resto de profesionales sanitarios, vean repercusión también en los incrementos que se aprecien en los convenios que se puedan alcanzar, y que debe de recogerse formalmente en los mismos, con el objetivo de cuidar a los responsables finales de atención sanitaria y verdaderos garantes del derecho a la protección de la salud de los pacientes.
Por último, también es necesario reconocer la contribución de los agentes empresariales a la sanidad y, junto con el resto de los agentes implicados, aprovechar la oportunidad que esta crisis nos ofrece para trabajar juntos y construir un sistema más fuerte y solidario.