Para el presidente del CGCOCM, Dr. Tomás Cobo, “En el siglo XXI, año
2023, hablar de planes de regionalización de la formación médica es como
hablar de planes de vuelo con los artilugios que inventó Leonardo Da
Vinci. Absolutamente anacrónico”.
El también vicepresidente de la Unión Europea de Médicos
Especialistas (UEMS) insiste en que este giro “es la dirección contraria
de lo que debemos hacer”. En su opinión se debe de plantear la
formación médica en el contexto internacional a través de acciones que
potencien las rotaciones en Europa para los médicos en formación, lo que
se ha denominado “el Erasmus MIR”; y armonizar los conocimientos y
competencias mínimas de todos los especialistas europeos. “Debemos
trabajar en eso y en eso estamos trabajando los médicos españoles y
europeos. Intentar politizar la formación médica es contraproducente” –
subraya.
Respecto a transferir el trámite de homologación de títulos, el Dr.
Cobo y en línea con lo expresado anteriormente, insiste en el error que
esto supondría. “Regionalizar las homologaciones de títulos
extracomunitarios es como hablar de olvidar el Euro y hablar de monedas
regionales. Está absolutamente fuera del contexto europeo, alejado de
los planteamientos por los que la profesión médica española y europea
trabajan y que se basan en competencias y conocimientos mínimos,
reconocibles de igual manera en toda Europa y que garanticen la
seguridad clínica”.
Médicos jóvenes: “Este cambio puede conllevar un deterioro del sistema MIR y un empobrecimiento del mismo”
Desde la sección nacional de médicos jóvenes del CGCOM, el Dr.
Domingo Antonio Sánchez, asegura que los efectos de esta posible
transferencia “podría generar una mutación en el ADN de nuestro sistema
que puede provocar efectos desconocidos”. El representante nacional de
los médicos jóvenes en nuestro país afirma que uno de los principales
pilares sobre los que se asienta el Sistema Nacional de Salud es
precisamente su puerta de entrada a través del MIR.
Sánchez explica que “para conocerlo más en profundidad es
necesario saber que las CCAA tienen competencias en la propuesta de la
oferta de plazas, gestión y regulación de las unidades docentes,
tramitación de las solicitudes de acreditación y evaluación de la
calidad de estas. Por otro lado, el Ministerio es el competente en la
ordenación de la FSE a través de la aprobación de la oferta de plazas,
programas formativos de especialidad, establecimiento de los requisitos
de las Unidades Docentes y acreditación de estas y la elaboración y
gestión de las pruebas de acceso. El delegar esas competencias
nacionales básicas de cohesión y coordinación puede conllevar un
deterioro del sistema y un empobrecimiento del mismo, con la
consiguiente afectación a la calidad asistencial de nuestros pacientes”.
Asimismo, subraya el prestigio y reconocimiento internacional del
sistema MIR no sólo en el entorno europeo sino también en
Latinoamérica. “La equidad en el acceso, la sistemática formación
sanitaria especializada y el alto nivel competencial de los
profesionales, son algunas de las señas de identidad que acreditan ese
reconocimiento supranacional. Estamos en un momento a nivel profesional
donde Europa es clave para afrontar los grandes retos que tenemos por
delante (demográficos, amenazas transfronterizas, nuevas pandemias…),
hecho que nos debe hacer trabajar en aunar fuerzas en esta línea, antes
que en políticas de división que serían un sinsentido” – concluye.
Médicos tutores: “Acabaría con el MIR actual y traería consecuencias para la seguridad clínica de los pacientes”
Por otra parte, el representante nacional de médicos tutores y
docentes, el Dr. Francesc Feliú, refuerza el reconocido prestigio tanto a
nivel nacional como internacional del sistema MIR, un reconocimiento
que se debe- según Feliú – a su homogeneidad y objetividad en todo el
territorio, es decir trata a todos sus aspirantes por igual, todos
tienen las mismas oportunidades”.
Al igual que Cobo y Sánchez, asegura que la fragmentación de este
sistema en 17 partes “sería acabar con el MIR que tenemos ahora y
conllevaría consecuencias impredecibles tanto para los profesionales
como para la seguridad clínica de los pacientes. Esta idea va justo en
contra de todo lo que hemos luchado todos estos años desde la profesión y
las sociedades científicas, para construir un marco común en todo el
territorio nacional e incluso europeo en formación sanitaria
especializada que afecte a los residentes y a los tutores”. |