Este debate fue moderado por Dra. Manuela García Romero, vicepresidenta segunda de la Fundación para la Protección Social de la OMC
y coordinadora nacional del PAIME; y en ella participaron el Dr. José
Miguel Pena; psiquiatra y coordinador clínico del PAIME del Colegio de
Médicos de Málaga (fotografía); la Dra. María Isabel Peñalver,
psiquiatra clínica del PAIME del Colegio de Médicos de Murcia; Dr.
Xulián Mozo, coordinador de la Unidad de Hospitalización de la Clínica
Galatea; y la Dra. Mónica Leira, psiquiatra clínica del PAIME del
Colegio de Médicos de Madrid.
La Dra. Manuela García Romero, coordinadora nacional del PAIME,
inició el turno de intervenciones aludiendo a que la pandemia “ha
significado una antes y después para todos, sobre todo los que hemos
visto la muerte tan de cerca”. En este sentido, y, según cifras que
desglosó, los datos nacionales del Programa de Atención Integral al
Médico Enfermo (PAIME) hablan por sí solos con un aumento, en estos dos
últimos años, de un 37% los profesionales con enfermedad mental y/o
adicciones atendidos en este programa. “La parte buena, es que, de
ellos, un 64%, accedieron de forma voluntaria, lo que demuestra que
fuimos capaces de vernos mal y pedir ayuda”, dijo.
La mayor incidencia de médicos que acudían al programa fue para el
grupo de edad de menores de 30 años, por géneros, las mujeres, y por
especialidad, la anestesiología seguida de la psiquiatría, según expuso
la experta quien también hizo referencia a estudios de la corporación
que evidenciaban que un 30% de los médicos consideraban que su salud
mental había empeorado tras la pandemia y que necesitaban ayuda, pero
solo un 17% lo había pedido y se baría acercado al PAIME.
El aumento del insomnio en un 27%, la toma de ansiolíticos en un 30% y
un 60% de burnout o fatiga crónica, son otros datos que reflejó la Dra.
Manuela García Romero para contextualizar la situación. “En resumen, la
salud percibida de los profesionales ha empeorado y aunque se observa
cierta mejoría cuando la presión asistencial y social va disminuyendo no
llega a la situación más alta de la que partíamos. Es enriquecedor y
fundamental conocer qué ha pasado durante el 2022 y qué está ocurriendo:
qué nuevas patologías se acercan al PAIME, qué nuevos casos y
profesionales atendemos, y, sobre todo, conocer si somos capaces de dar
respuesta”, explicó.
El Dr. José Miguel Pena, psiquiatra y coordinador clínico del PAIME
del Colegio de Médicos de Málaga, hizo referencia los resultados de
varias tesis doctorales con encuestas a los médicos antes de la pandemia
“donde ya aparecía el burnout y se relacionaba altas tasas de burnout
en médicos que habían sufrido agresiones”. Ya en 2016, la salud mental
médicos era peor que la de la población general y la médica sufría peor
salud mental que los varones, según dijo.
Tal y como explicó, los casos burnout se tratan en Málaga en grupos.
“Todos comparten la situación y como se sienten con respecto a la
realidad. La mayoría que acuden son médicas de Atención Primaria. Es muy
eficaz”. En su opinión, “los médicos nos hemos creído que el centro de
nuestra actividad es el paciente, todo por el paciente y la profesión
sin cuidarnos a nosotros, y el precio ha sido el burnout”.
El Dr. Xulián Mozo, coordinador de la Unidad de Hospitalización de la
Clínica Galatea, centró parte de su intervención en el “Chemsex como
nueva patología emergente en los médicos”. El chemsex hace referencia a
un tipo de consumo de drogas y patrón de comportamiento sexual concreto
relacionado con aplicaciones para encuentros, nuevas formas consumo y
drogas. Esta práctica se da entre relaciones entre dos hombres.
“Esta práctica es la tormenta perfecta porque los hombres que tienen
sexo con hombres tienen más vulnerabilidad para tener más mala salud
mental y en el entorno sanitario, aún más, debido al estigma que todavía
existe”, añadió el experto quien aseguró que se da con más frecuencia
en médicos. “Los médicos tienen mucho más riesgo que el resto de los
pacientes de chemsex, porque es una figura muy deseada para estos
ambientes, por la accesibilidad a fármacos, saber actuar en caso de
complicación. Los médicos están muy expuestos a estos mecanismos
adictivos”, explicó.
Para el Dr. Mozo, el Chemsex afecta siempre a la praxis médica y, por
ello, es tan importante que en las terapias y cuando entran en el
PAIME, se haga una atención integral. “Hay que trabajar en paralelo el
tema adictivo y hacer un abordaje emocional complejo de la persona
teniendo en cuenta el estigma, la carga que esa persona lleva, el
reconocimiento de su sexualidad… etc.”
Por su parte, la Dra. María Isabel Peñalver, psiquiatra clínica del
PAIME del Colegio de Médicos de Murcia, puso en relieve que están
apareciendo “nuevas conductas adictivas y nuevas formas de consumo, no
tanto como nuevos tóxicos”.
En su opinión, están emergiendo una serie de drogas que son
consumidas por los médicos, ya que forman parte de la sociedad. Entre
ellas citó el cannabis y nuevos cannabinoides, las drogas estimulantes
para el chemsex por vía inyectada y que tienen efectos devastadores para
la salud mental, las anfetaminas, el éxtasis, nuevos opiáceos, el
fentanilo con nuevos opioides, y la ketamina, entre otros.
“También hay nuevas adicciones como a las nuevas tecnologías. Esto
supone que los que nos dedicamos a tratar las adicciones nos hemos
tenido que adaptar muy rápido a esta nueva realidad”, dijo la experta
quien añadió que los pacientes que llegan al PAIME es la punta de
iceberg “porque llegan cuando ya ha habido un problema laboral”. Es por
lo que insistió en la importancia de la prevención.
Finalmente, la Dra. Mónica Leira, psiquiatra clínica del PAIME del
Colegio de Médicos de Madrid, dio a conocer que la patología más
frecuente entre los médicos residentes son los trastornos del tipo
ansioso depresivo en un 80%, y los trastornos por uso de sustancias en
médicos residentes en un 10%, entre otros, en los que destaca,
nuevamente, el Chemsex. “Las prácticas de chemsex de profesionales
médicos producen alteraciones a nivel cerebral cognitivo. Aunque
empiezan usando las drogas solo en las sesiones de Chemsex, acaban
siendo adicciones, porque son sustancias muy adictivas”, dijo. Para la
atención a estos pacientes hay que tener en cuenta su contexto y
situación personal previa como es la necesidad de integración grupo
social, identificar dificultades, “porque todo afecta de forma
transversal al funcionamiento personal y laboral de la persona”.
Otro de los temas que destacó fue el riesgo de consumo y abuso de
anestésicos en residentes. “Ni los tutores de residentes y responsables
de docencia alcanzamos a ver la complejidad que hay. Los médicos
residentes siguen teniendo problemas equiparados a hace 10 años sufren
por las guardias, por la dificultad de equilibrar la vida personal y
profesional. Lo bueno que ahora se formula el malestar mejor”, explicó.
Para la experta es un problema estructural. “Los referentes de
nuestros médicos residentes son médicos cansados y desgastados, que
sufren Burnout, no tienen en mayoría referentes saludables para
construir su identidad profesional, y no hay espacios en los hospitales y
residencia para atender esa necesidad”, añadió.
Las terapias de grupo y un abordaje multinivel para médicos que
sufren Burnout son algunas de las soluciones que abogó. “No podemos solo
responsabilizar a los médicos de que se rompan es un problema de
estructura”, concluyó.
Como conclusiones se extrajeron que el Chemsex, el burnout y los
síndromes adaptativos son las nuevas patologías emergentes, así como hay
que poner especial atención en las segundas victimas que son los
médicos que han sido agredidos o médicos que han perdido a los
pacientes.
Los expertos abogaron por un compromiso con la
prevención y promoción de la salud desde la facultad de Medicina y la
etapa MIR dotando de herramientas y habilidades para el autocuidado.
Asimismo, consideraron que el médico enfermo con problemas del chemsex,
el burnout y la aparición de nuevos tóxicos y de conductas adictivas
formen parte de la cartera de servicios del PAIME. |