La GRIPE es
una enfermedad generalmente leve, producida por un virus, que comienza de forma
súbita con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, malestar general,
congestión nasal y tos. En algunas personas mayores, o con determinadas
enfermedades crónicas, puede causar complicaciones graves, sobre todo
respiratorias.
Los síntomas
de la GRIPE son fundamentalmente: fiebre, síntomas respiratorios, tos y
malestar general. Está causada por el virus de la influenza y es de fácil
contagio y transmisión entre humanos.
Para
afrontar la gripe, como cualquier otra enfermedad, es importante contar con
unos hábitos de vida sanos: que engloban una alimentación equilibrada que
incluya todos los nutrientes necesarios, la realización de ejercicio físico y
evitar hábitos como el tabaquismo o el sedentarismo.
Unas medidas
higiénicas adecuadas contribuyen a evitar la transmisión de determinadas
enfermedades. Las medidas higiénicas fundamentales que hay que tener en cuenta
para evitar la transmisión del virus son:
Taparse la boca al toser o al estornudar,
preferiblemente con el codo.
Usar pañuelos desechables.
Lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después
de haber tosido o estornudado.
Procurar no reutilizar los pañuelos empleados al
estornudar o limpiar las secreciones nasales.
Extremar las
medidas higiénicas mencionadas anteriormente en los lugares donde exista
aglomeración de personas o en trabajos de cara al público, donde cobra especial
importancia el lavado periódico de las manos, que evita multitud de
enfermedades que se transmiten por esta vía.
La gripe es
una enfermedad causada por un virus, por lo que los antibióticos no resultan
efectivos para combatirla y su uso puede crear resistencias a estos fármacos.
El tratamiento consistirá en reposo, alimentación adecuada y, si fuese
necesario, algún medicamento para paliar los síntomas.
La vacuna de
la gripe es una medida preventiva que ha demostrado su eficacia en los grupos
de riesgo de mayores complicaciones. Su médico, en caso de pertenecer a uno de
estos grupos le habrá recomendado la vacunación.
Es
importante realizar un uso adecuado y responsable de los servicios sanitarios
para evitar su saturación y facilitar su buen funcionamiento. Hay que hacer uso
de las urgencias hospitalarias sólo en los casos en los que la gravedad sea
extrema. Para resolver cualquier duda sobre cuestiones sanitarias, los
ciudadanos tienen disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, el
servicio Salud Responde, accesible con una simple llamadas al 902 505 060, 955
545 060 o a través del correo electrónico (saludresponde@juntadeandalucia.es).
Recomendaciones
de vacunación antigripal
Las
recomendaciones de vacunación antigripal tienen como objetivo reducir la
mortalidad y morbilidad asociada a la gripe y el impacto de la enfermedad en la
comunidad. Por ello, deberán ir dirigidas fundamentalmente a proteger a las
personas que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de
padecer la gripe, a las que pueden transmitir la enfermedad a otras que tienen
un alto riesgo de complicaciones y aquellas que, por su ocupación, proporcionan
servicios esenciales en la comunidad.
¿Quiénes se
deben de vacunar frente a la gripe?
Personas mayores o igual a 65 años de edad. Se hará
especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas.
Personas menores de 65 años que, por presentar una
condición clínica especial tienen un alto riesgo de complicaciones derivadas de
la gripe o porque el padecer la enfermedad pueda provocar una descompensación
de su condición médica:
Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con
enfermedades crónicas cardiovasculares (excluyendo hipertensión arterial
aislada), neurológicas o pulmonares (incluyendo: displasia bronco-pulmonar,
fibrosis quística y asma).
Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades
metabólicas (incluyendo diabetes mellitus), obesidad mórbida (índice de masa
corporal igual o superior a 40 en adultos, 35 en adolescentes o por encima de 3
desviaciones estándar en la infancia), insuficiencia renal, hemoglobinopatías y
anemias, asplenia, enfermedad hepática crónica, enfermedades euromusculares
graves, inmunosupresión (incluida la originada por la infección de VIH o por
fármacos o en los receptores de trasplantes), enfermedades con alta
probabilidad de recibir salicilatos o modificadores de la respuesta inmune
(enfermedades reumáticas y enfermedad inflamatoria intestinal), Cáncer, Implante
coclear o en espera del mismo, trastornos y enfermedades que conllevan
disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras
En este
grupo se hará un especial énfasis en aquellas personas que precisen seguimiento
médico periódico o que hayan sido hospitalizadas en el año precedente.
Niños/as y
adolescentes, de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con
ácido acetil salicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye
tras la gripe.
Mujeres
embarazadas en cualquier trimestre de la gestación
Personas que
pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar
complicaciones
Trabajadores
de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y
hospitalaria; pública y privada. La recomendación tiene especial énfasis en
aquellos profesionales que atienden a pacientes de algunos de los grupos de
alto riesgo anteriormente descritos.
- Personas que, por su ocupación,
trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos
crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas
vulnerables.
- Estudiantes en prácticas en
centros sanitarios.
- Personas que proporcionen
cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores de 65 años,
sean o no familiares de los mismos.
- Personas que conviven en el
hogar (incluidos niños/as mayores de 6 meses de edad) con otras que
pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo por su condición clínica
especial (citados en el punto 2).
Otros grupos
en los que se recomienda la vacunación:
Personas que
trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en:
- Fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado, con dependencia nacional, autonómica o local.
- Bomberos.
- Servicios de protección civil.
- Personal de los servicios de
emergencias sanitarias.
- Trabajadores de instituciones
penitenciarias y de otros centros de internamiento por resolución
judicial.
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